Las almendras son un fruto seco delicioso que enriquece muchos platos de la dieta mediterránea. El consumo de almendras previene enfermedades cardíacas y ayuda a mejorar la circulación pero además la almendra usada en productos de higiene y belleza, tiene muchos beneficios para nuestra piel.
Para usos externos, es decir, para nuestra piel, el aceite de almendras, además de tener propiedades emolientes y des-inflamatorias que ayudan a calmar las irritaciones cutáneas, también es rico en aceites grasos, lo que hidrata y suaviza todo tipo de pieles.
Precisamente por esta característica, se utiliza para atenuar estrías o arrugas en la piel.
Actualmente en el mercado existen muchos productos que incluyen aceite de almendras dulces. Podemos encontrar desde el propio aceite hasta geles o champús que lo contienen.
Se recomienda aplicar aceite de almendras sobre pieles especialmente secas o escamadas, sobretodo durante o después del baño, pues la piel estará limpia y se habrán eliminado las capas de impurezas acumuladas durante el día, lo que hará que esté más preparada para recibir cualquier tipo de tratamiento.
Cicatrizante, anti-inflamatoria y calmante de heridas, úlceras externas y labios agrietados, ejerce una acción nutriente, hidratante, exfoliante y rejuvenecedora de la piel, ayudando a mantener su tersura y elasticidad.