A la hora de cuidar nuestro rostro, la mascarilla facial es un básico que no puede faltar en nuestro neceser. Además de cuidar y limpiar la piel, este cosmético consigue nutrir, reparar y reconstruir los poros. A pesar de que actualmente existen en el mercado multitud de mascarillas faciales (limpiadoras, purificadoras, humectantes, etc. ) es muy importante elegir aquella que mejor se adapte a nuestro tipo de piel.
Debido a que continen altísimas concentraciones de principios activos, su efecto es casi inmediato a nivel superficial. A diferencia de las cremas convencionales, las mascarillas faciales también actúan en la epidermis más profunda por eso es muy importante limitar su uso a una vez por semana.
Tipos de mascarillas faciales
- Mascarillas purificantes, exfoliantes y revitalizantes
- Indicadas para pieles mixtas o grasas, estas mascarillas limpian en profundidad, eliminan los puntos negros y regularizan el exceso de producción de sebo.
- Mascarillas hidratantes, regenerantes y calmantes
- Dejan una piel jugosa y luminosa. Están especialmente indicadas para pieles maduras y secas. Se recomienda utilizar un pañuelo para retirar el producto.