El secreto del verano: la exfoliación

¿Quieres una piel suave? ¿Quieres potenciar la absorción de tus tratamientos corporales? La clave está en la exfoliación. En artículos anteriores hemos destacado la importancia de una correcta exfoliación corporal para poder así optimizar la absorción de posteriores tratamientos aplicados, ya sean auto-bronceadores, anti-celulíticos, etc.

La exfoliación es un hábito que permitirá limpiar la zona, eliminando las células muertas de la piel para que tu piel esté más receptiva y permeable a los tratamientos cosméticos que decidas aplicar sobre tu piel. El objetivo final de la exfoliación es preparar la piel y eliminar cualquier tipo de impureza cutánea. Los resultados son inmediatos: una piel aterciopelada y lista para mejorar su aspecto.

¿Cómo realizar una correcta exfoliación corporal?

Utilizar una manopla o esponja vegetal para realizar movimientos circulares sobre la piel para así eliminar las células muertas de la piel. También puedes utilizar una crema exfoliante para maximizar resultados.
Es importante que no expongas a tu piel a una exfoliación si tu piel está irritada debido al sol, depilación láser o cera, o con heridas.
No excedas la periocidad de exfoliación: para pieles grasas hasta 2 veces por semana, y pieles secas sólo una vez por semana o más espaciado. Notarás la necesidad de realizar una exfoliación al notar tu piel opaca.
Evitar el uso de lociones o cremas que contengan componentes como retino ya que la combinación es perjudicial para la piel.
Tras un proceso de exfoliación, es importante que complementes el tratamiento con una crema hidratante para compensar la pérdida del manto lípido natural de la piel.

Una vez que hayas finalizado con la exfoliación tu piel ya está preparada para recibir tratamientos adicionales como anti-celulíticos, anti-age, auto-bronceadores, entre otros.

¡Prepárate para una piel perfecta con estos tipos de exfoliación corporal!