La fiebre es el primer indicador de que nuestro organismo está pasando por un período de lucha, de combate. La fiebre es la respuesta de nuestro sistema inmune para combatir la presencia de virus y bacterias que pueden causar cualquier tipo de infección o enfermedad, y esto se manifiesta a través de un aumento de la temperatura corporal.
En la actualidad existen diversos tipos de termómetros en el mercado que permiten medir la temperatura del cuerpo y así poder tomar medidas determinadas. Veamos los diferentes modelos de termómetro:
- Termómetros de oído o timpánicos: Son seguros, rápidos y cómodos a la hora de medir la temperatura corporal. El único inconveniente de este tipo de termómetros es que su errónea colocación puede ofrecer datos alterados.
- Termómetros digitales: Son los más idóneos para utilizar en bebés ya que son muy fáciles de utilizar y leer. Sólo basta colocar el termómetro bajo la axila y esperar entre 20 – 60 segundos para conocer la temperatura del cuerpo. Algunos termómetros digitales también son aptos para tomar la temperatura vía rectal, método que ofrece datos más confiables y exactos.
- Termómetros de vidrio: Este tipo de termómetro se utilizaban años atrás y ahora está prohibida su venta por la presencia de mercurio en su interior altamente tóxico.
- Termómetros de banda plástica: Existen unas bandas que son aptas para utilizar con niños y bebés, que se aplican sobre la frente e indican si el niño tiene fiebre o no. Si bien no indican con exactitud los grados de temperatura, son muy prácticos para saber si hay temperatura o no.
- Termómetros en chupetes: Muy prácticos para utilizar con bebés, ya que estos termómetros están incorporados a un típico chupete. Su practicidad no está alineada a su exactitud y precisión febril.
A la hora de conocer la temperatura corporal, elige la mejor opción y tipo de termómetro. Recuerda los métodos que aportan mayor precisión, y combínalo con la persona a quien se lo apliques, es decir si es un adulto o un niño.
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