La vitamina B6, también conocida como piridoxina, es una vitamina hidrosoluble necesaria para la formación de neurotransmisores (mensajeros del sistema nervioso) y hormonas suprarenales. También interviene en el correcto funcionamiento del sistema inmune. Junto al resto de vitaminas del grupo B, contribuye al metabolismo energético normal. Su presencia en la dieta es necesaria para el desarrollo cerebral normal durante el embarazo y la infancia.
Está implicada, por tanto, en el buen funcionamiento del sistema nervioso. También participa en la formación de proteínas y glucógeno en el organismo, así como de los glóbulos rojos, indispensables para el transporte de oxígeno a las células y tejidos. Reduce el cansancio y la fatiga. Al igual que el resto de vitaminas del grupo B, es hidrosoluble, lo que significa que nuestro organismo no la puede almacenar en grandes cantidades. ¿Cómo la podemos obtener? La respuesta se encuentra en la dieta, que debe ser variada y equilibrada.
Alimentos como el pescado (atún y salmón), carne y huevo, frutos secos (nueces), legumbres (garbanzos), cereales no refinados y frutas como el plátano aportan cantidades relevantes de vitamina B6 a la dieta. En caso de necesitar un mayor aporte de esta vitamina, la encontraremos en complementos alimenticios junto a otras vitaminas del grupo B u otros ingredientes. En esta situación, es aconsejable recibir asesoramiento por parte de un/a profesional sanitario/a.