La caspa, esas pequeñas escamas blancas que se forman en el cuero cabelludo y pueden provocar picor, es una afección dermatológica que afecta a muchas personas y puede tener diferentes causas: piel irritada, cuero cabelludo sensible y seco, dermatitis seborreica (caspa grasa), sensibilidad, enfermedades como psoriasis, etc. También suele estar implicado en el problema un sobrecrecimiento del hongo Malassezia furfur. No es un problema grave, aunque sí puede ser molesto y persistente.
En el caso de dermatitis seborreica, suele acentuarse en épocas de estrés o en las estaciones frías y secas. Factores que también están implicados son: la edad (más frecuente en mediana edad), en los hombres (mayor incidencia) y ciertas enfermedades debilitantes.
Los cosméticos más habituales y que suelen ser efectivos para controlar la caspa son los champús específicos anti-caspa. Es recomendable contar con un buen asesoramiento, en función del tipo de cuero cabelludo (graso, seco, sensible...) y del grado de afectación. De este modo, se podrán recomendar ingredientes más útiles para cada tipo de descamación. Suelo recomendar la alternancia de uso de un champú tratante, con otro champú muy suave y que equilibre el cuero cabelludo. En general, su uso debe extenderse durante al menos un mes. Se puede completar el cuidado con lociones capilares, ampollas, sérums y mascarillas.
Si el problema persiste o se agrava, consulta con tu dermatólogo/a.