El árnica (Arnica montana) es una planta con propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antibacterianas. Su uso, por vía tópica (sobre la piel), viene de antaño, cuando se preparaban maceraciones con sus flores como remedio natural.
El extracto de árnica alivia las molestias musculares, los pequeños hematomas y contusiones, y es útil para ayudar a la recuperación muscular y articular tras la realización de ejercicio físico. También ejerce una función antiséptica sobre la piel.
En cosmética, contribuye a reducir pequeños hematomas o hinchazón posterior a tratamientos dermatológicos.
No está aconsejada si existe hipersensibilidad a las plantas de la familia de las Compuestas. Tampoco debe aplicarse directamente sobre heridas abiertas.
Según la concentración, no es recomendable durante el embarazo y la lactancia (con la excepción de algunos cosméticos testados en esta etapa y con concentraciones bajas). Ante cualquier duda, consulta con un/a profesional de la salud.