El retinol es un ingrediente muy interesante para el cuidado de la piel. Proviene de la vitamina A y tiene efectos probados inmediatos y a largo plazo. Es ideal para tratar pieles con granitos, con manchas o pieles que presentan signos de envejecimiento. ¿Por qué? Porque es uno de los únicos ingredientes cosméticos capaz de revertir los daños oxidativos recibidos en la piel. Eso se traduce en mejoras en la hiperpigmentación, arrugas, firmeza y tamaño del poro.
Si es la primera vez que usas un producto con este ingrediente, te recomendamos que lo introduzcas poco a poco: 2-3 veces a la semana hasta que la piel se habitúe. Es normal que en este proceso (llamado retinización) aparezcan pequeñas irritaciones o granitos. Si eso pasa, te recomendamos espaciar aún más su uso hasta que puedas usarlo según lo indicado en cada producto (normalmente cada noche). Es mejor no empezar durante el verano, si te inicias con él. Durante la retinización, completa tu rutina utilizando un limpiador muy suave y, si lo necesitas, una crema hidratante complementaria que refuerce la función barrera (por ejemplo, con ceramidas u otros lípidos protectores).
¡No te olvides de la protección solar durante la mañana! También te aconsejamos no mezclarlo con otros ingredientes activos como ácidos (AHA, BHA, vitamina C, etc) en la misma rutina, salvo que te lo indique el dermatólogo/a. Si tienes dudas o no sabes si este ingrediente es para ti, consulta con un/a profesional.