El aceite esencial de lavanda (Lavandula angustifolia) es conocido por sus propiedades calmantes y antiestrés. Aporta bienestar, tranquiliza, favorece la relajación y el sueño. También combate el picor de las picaduras de insectos, así como de pequeñas heridas.
Se puede usar en difusión ambiental, en aplicación directa de unas gotas sobre la piel e inhalando, en masaje cutáneo mezclado con un aceite vegetal o por vía oral sobre un soporte neutro (cucharadita de miel o un azucarillo), siempre respetando estrictamente la posología indicada por el fabricante.
El aceite esencial de lavanda no está indicado durante el embarazo, la lactancia, para niños menores de 6 años, personas hipersensibles a los aceites esenciales, personas alérgicas a su composición, con asma, con antecedentes epilépticos o de convulsiones, ni para personas con problemas cardiacos como hipertensión o arritmias.
Los aceites esenciales no pueden sustituir a un tratamiento médico. En caso de duda, consulta con un/a especialista sanitario/a.