Ser madre es uno de las experiencias más enriquecedoras de la vida y a veces con la distancia nos damos cuenta que no hemos exprimido todo el tiempo que querríamos con nuestro hijo. Es importante saber disfrutar de cada etapa del crecimiento de tu niño. Por esta razón, hoy comentaremos los beneficios de una de las más breves etapas en la vida del bebé, la que precede a la de los primeros pasos. De acuerdo con la doctora y psicóloga neoyorkina Karen Adolph, el gateo influye directamente en el desarrollo del bebé. Sigue leyendo si deseas descubrir cómo el gateo influye positivamente en tu bebé.
Conviértete en su primera maestra
Muchos creerán que cuanto antes enseñemos a nuestro hijo a caminar, más avances hará en su desarrollo. Según la doctora, en cambio, vemos que el gateo estimula el crecimiento y fortalece las habilidades motrices de tu hijo, por lo que no tengas prisa en quemar etapas.
- Aprende a conseguir metas: Con el gateo el bebé consigue aprender a lograr metas de desplazamiento tras centrarse en un objetivo.
- Confianza y seguridad: el hecho que sea el propio niño el que decida dónde desea dirigirse hace que el niño aprenda por sí mismo cuáles son los límites de su movilidad, así como aprende dónde puede y dónde no puede dirigirse.
- Vínculo parental: el bebé toma como refente principal a sus progenitores. Es por ello que cuando aprendemos a caminar, aunque sea de rodillas y con las manitas, estés en su campo visual y le guíes para que sepa dónde quieres que se dirija. Crear ese vínculo visual le ayudará a coger confianza e independencia.
- Estímulo muscular: el gateo ayuda a que el bebé fortalezca músuclos de manos, tronco y piernas, lo que le será útil todo el aprendizaje motor para la siguiente etapa en su crecimiento.
- Mejora la capacidad visual: gatear estimula la visión binocular. Es decir, pasar de ver de lejos a la visión cercana de las manos.
Por todas estas razones, hay muchos doctores que recomiendan alargar la etapa del gateo y no apresurarse en llegar a los primeros pasos demasiado rápido. ¿Cuál fue tu experiencia con tu hijo? ¿Alargaste el gateo o le animaste a sus primeros pasos precozmente?