Que tu hijo deje los pañales es un desafío que afecta a toda la familia. Si bien se trata de una etapa complicada llena de reproches, incertidumbres, frustraciones, debemos encontrar el equilibrio perfecto para que no sea traumático: tanto para los hijos, como para los padres.
Despedirse del pañal supone una sincronización total padre-niño y un control preciso de los esfínteres del niño que puede lograrse entre los 2 y 4 años de edad. Por ello no hay que desesperar y exigir al niño que de este paso si no está psíquica, física y emocionalmente preparado.
¿Cómo saber si ha llegado el momento de decirle adiós a los pañales? Algunos signos pueden ser:
– Que la frecuencia de cambio de pañal no sea tan asidua, lo que implica que el niño puede permanecer “seco” por X tiempo.
– Que el niño sea consciente de que necesita ir al baño, que reconozca “las ganas de”.
– Que el niño pase toda la noche sin mojar el pañal.
Sin embargo el dejar los pañales es un proceso que requiere tiempo y paciencia, y por ello las braguitas son muy útiles como paso intermedio ya que funcionan a nivel estético como ropa íntima, pero a nivel práctico funcionan como pañales absorbentes. Ideales para utilizar en aquellos niños que sufren “accidentes” esporádicos durante la noche, o para aquellos que por una determinada situación han vuelto a hacerse pipí encima.
De diferentes tamaños, las braguitas para bebé aportarán al niño máxima comodidad sin sentir que retroceden y “vuelven al pañal”.
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